10.19.2010

El consumo, una mirada sociológica (la mía :P)

 Entre las cosas que adoro de ser estudiante es aprender a ser críticos constructivos con la realidad que nos rodea. Y esa realidad es nuestra propia sociedad, ya sea la española o la mudial.
 Os ofrezco mi visión, una sociedad donde conviven consumidores de bienes y servicios (sociedad del consumo)y consumidores de información y contenidos (sociedad de la información).
 Comenzamos.

CONSUMO:
 “Conjunto de procesos socioculturales en que se realiza la apropiación y uso de los productos o servicios” – amplío – “práctica social cuya función principal es proporcionar al individuo formas de distinguirse de otros grupos de distinto nivel social”.

 No quiero ponerme teórica ni conceptual pero, aunque ambas definiciones son correctas y aceptables, la primera es de la Wikipedia, enciclopedia libre y políglota escrita por miles de usuarios de todo el mundo, y la segunda definición corresponde autor inglés Robert Borock (que también la he sacado de la Wikipedia).

 Esto demuestra que ya no sólo son productos y servicios producidos en serie lo que consumimos, sino todo, absolutamente todo lo que nos sirva para adquirir conocimiento, que es lo que en esta sociedad de la información otorga poder. Los ignorantes, la otra clase baja (nunca afirmaré que esto haya salido de mis dedos), los que no tienen acceso a la información, ni tienen interés en llegar a ella, jamás podrán acercarse a otro nivel social.

 Si el apagón analógico iba a ser un problema porque podía dejar al 40% de la población española sin TV – en pleno siglo XXI- , y para una mayoría es el medio de comunicación y canal de información más utilizado y “fidedigno”, queda muy clara la repartición de poder. Mientras para los que la necesidad informativa es concebida como algo apriorístico, para otros queda en un segundo plano – desde mi punto de vista- porque tienen otras preocupaciones como poder mantener su nivel mínimo adquisitivo.

 Pero si profundizamos en esta idea de que quien más acceso tiene a la información más crece en la escala social y en la de poder e influencia sobre los demás, desaparecen las clases sociales desde una perspectiva económica, es decir, conozco personas de clase media-baja que ahorran para comprarse el último iPhone 4 y están todo el día en internet leyendo blogs, revistas y periódicos digitales, manteniendo conversaciones con sus amigos y siguiendo todo lo que dicen los líderes de opinión. Están consumiendo, llenando sus cerebros de datos, relacionando ideas, creando mapas mentales, formulando hipótesis y, sobre todo, deseando contar al resto TODO lo que saben para obtener aceptación, de forma que pueden llegar a ser referentes de los grupos sociales a los que pertenecen e incluso un canal de información para ellos. He aquí un líder de opinión en potencia, que si llega a serlo, aunque sea entre un pequeño grupo de personas, habrá conseguido llegar a la clase elitista de la sociedad de la información, es el GRAN SER SOCIAL, un pulpo que toca toda la información que se procesa en diferentes soportes.



  La diferenciación entre las clases de la sociedad de la información es abismal, y aumenta por la existente a nivel económico en la sociedad del consumo. Para ser de clase alta hay que tener “cash” para comprar los soportes necesarios que serán el puente a la información  (ordenador de mesa o portátil (netbook y laptop), teléfono móvil 3G, periódicos, radio y TV), ya no valen los productos más baratos porque los precios están nivelados, a no ser que se pertenezca al siguiente nivel social, La Élite, quienes tienen acceso a todas las infraestructuras necesarias y el poder adquisitivo para comprar lo mejor en tecnología producido por LOS GRANDES (Sony y Apple):  iPhone, Móvil Android, HTC (PDA con móvil), iMac, Vaio, iPad…



 La diferenciación otra vez, el caso es pertenecer a un estrato social que nos define por ‘qué tenemos’ y ‘qué sabemos’ más que el resto. Eso otorga identidad, las clases más altas no se juntarán con las más bajas porque “no tendrán sobre qué hablar” – esto se agrava- no tendrán “nada en común”, porque además de separarles las conductas de consumo, lo harán sus mentes, y eso no es alcanzable por nadie, a no ser que “los informados” dejen de serlo durante un periodo en el que “los desinformados” se informen para llegar al nivel de los primeros.

Por desgracia, tendríamos que parar el mundo, otra cosa imposible más.

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